CAPITULO 3 Bienvenidos al espectaculo
Cómo fue que me engañaste sin que
sospechara, eres igual a una serpiente deslizándose suavemente. Fui testigo de
un espectáculo increíble gracias a ti, fue gratis y en buen lugar.
Miss A- Goodbye baby
Pasaron dos semanas desde el
primer día en que me puse el objetivo, y cada día se acercaba a mí la sed por
jugar con él y las ganas de conseguirlo. Y a su vez eso que insistía en que no
diera marcha, era como el remordimiento que me describió Eylin. Pero no llegué
hasta aquí sin que pasara nada.
En los primeros días, interrogué
a Jason. Él entrenaba junto a todo el equipo, usé de excusa a Zack para verlo.
Él tan distraído no se daría cuenta de mis fines. Los veía desde las bancas.
Ahí quede fascinada viendo al chico de frenos jugar juntos con los otros que
estuvieron en la palma de mi mano. Ellos me vieron confusos y agité mi mano de
un lado a otro.
Sonreí al saludo del capitán, o
bien el tonto que no me escogió para ser su chica. Antes de que empezara a
calentar me dirigí a cazarlos.
─ ¡Jason! ─ canté a
este chico. Su impresión me dejo con un poco de simpatía.
─ ¿Qué te
traes? ─ cuestionó amarrando sus agujetas, parecía indiferente pero sabía
perfectamente que desde abajo le recordé algo.
─Vine a verte─ le ayudé a levantarse.
─ ¿No te
puedes esperar?
─Siempre es
así, primero el futbol y luego me…─ quise reclamarme, y éste interrumpió.
─Ya me has
vistos ─ estuvo muy tranquilo y viéndome como lo solía hacer en nuestros buenos
tiempos.
─Está bien,
no vine exclusivamente para verte es que necesito de tu ayuda. ─informé jugando
con mi cabello. ─ Tengo un objetivo.
Su rostro
tomó otra forma. ¡Ops! Lo hice enojar, por dentro reía inmensamente. Así que me
zarandeó o es lo que quise ver. Abrí lentamente mis ojos y me hallé su rostro
pícaro. ¿Qué inundaba su mente para que
me viera así?
─ Es Cole
¿verdad? ─
─ Nunca he
revelado mis fines. Sólo necesito algo de ti, nada más.
─ Por mi
está bien. ─pidió a su vez que le pasarán el balón ─Más rápido que el agua que
corre por los ríos, verás que el pasado volverá a las manos que fueron suyas.
Él, aunque
nunca lo dijese me consideraba una idiota por ello me apodaba cursimente
“tontita”, obviamente entendí su pensamiento que no venia al caso, hablaba
sobre el destino.
Lo que aconteció, me volvió una
descuidada. No estar atenta a lo que haría mi ex enamorado, estaba segura que
dentro de él había sobras de lo que tuvimos que explotarían tarde o temprano.
Aquel chico tonto que le lanzó el balón a
Jason me tuvo como blanco, su tiró llegó justamente entre mi nariz y mi boca. El
mundo se perdió en ese momento. Sólo sé que Zack llegó a auxiliar, no entendí
el fin del que busqué.
─ No sé que como ella te puede
gustar ─ es lo que escuché entre las vueltas que la tierra daba.
No deseo recordarlo. Zack confesó
que para él no era esa clase de persona, sino que me veía como su hermanita. Fui
el hazmerreír por su culpa. Ahora si sabría quién era yo. Tuve que resistirme,
lo único que quise hacer ante tan humillación es salir corriendo de nuevo al
edificio. Más no lo hice.
Las emociones que nunca
demostraba me ayudaban a ser una grandiosa actriz. Fácilmente fingí que el
balonazo me lastimó, no era así, sólo me dejó aturdida.
─ ¿Estás bien? ─ preguntó
alguien.
─ Si, lo estoy. ─ contesté viendo
mi mano que al parecer me habían salido más dedos de los que tenia.
─ Por lo menos no está
inconsciente ─repitió Cole, su voz sonó y giré a ver su rostro serio.
─Te llevaré a la enfermería
─asumió a mi cargo Zack
─ ¡Vamos capitán! Hoy iba a estar
en la banca Cole ¿porqué no mejor él la lleva? ─
Era Jason.
─ ¿Puedes hacer esto por mí?
─Si, entiendo, cuidaré de tu
hermanita.
De alguna forma me ayudó a ir
hasta la tribuna. Cole tan cerca de mí y todo por un pelotazo, después de
aquella vergüenza que no me quitaría nadie.
─Estoy lista ─ asumí frotando mis
manos en cuanto me senté.
─Si te creo, se ve a leguas que
eres muy lista.
En realidad me desorbitó un poco
su respuesta, tanto que de mí salió un ruido extraño junto con mi risa. Él me
devolvió una fantástica sonrisa que creí estar soñando, esto no me había
ocurrido antes con un chico, normalmente mis propósitos de tenerlos en mi cama
eran tan rápidos y predecibles que no había tiempo de cursilerías.
─Lo que quise decir es que estoy
lista para escucharte, Cole.
─No hay mucho que decir ─ apartó su
vista de mí ─ ¿Son ciertos los rumores?
Así que por los pasillos corrían
rumores que no tenía contemplados en mi contra. Algo más que tendría que
solucionar.
─No sé de qué me hablas.
─Normalmente el afectado nunca le pasa
por la cabeza lo que dicen de él. Aunque no me importa que me hayan dicho,
prefiero formarme mi propia opinión. ─ estuve segura que se lo decía a sí
mismo, por lo que quise confirmar lo que pensaba.
─Entonces ¿confiarás en mí?
─ No es lo que quise decir─sus ojos
aceituna volvieron a encontrarme
─No me lo hubieras preguntado de no
ser así.
─Eres un poco diferente a lo que todos
hemos pensado alguna vez.
Su mano se detuvo por un momento en mi
hombro derecho, y sus diminutos ojos sonrientes me desconectaron de la realidad
pues no sentí nada. Cole, sólo podía pensar en él.
Esto fue instinto o no lo sé, pero me
precipité para retirarme. En cuanto le di la espalda de mí salieron palabras
nunca antes dichas a otro hombre
─Lo estuve callando pero ahora sé que
eres más que el cutre chico de antes, me empiezas a agradar ─
Ante lo que dije ese chico no supo
como reaccionar, sólo sé que dijo algo que pareció ser un halago.
─Tu cabello es tan esponjoso y oloroso
que me gusta. ─ tal vez pudiera reaccionar mejor de lo que lo hice. Es que
concluí que su confesión fue un error que salió por un momento de descontrol.
Me sorprendí no tuve nada que decir simplemente miré a mis zapatos y con eso me
alejé.
Estuve caminando. Para cuando me
decidí a entrar a las clases, fui primero a retocarme el maquillaje al baño.
Antes de que lograra hacerlo, me
desaparecí. Recuerdo ver el techo borroso y de repente aparecí en un sitio
donde no había más que naturaleza. Esto era raro, me tuve que pellizcar para
asegurarme que no estuviera alucinando, o en una especie de sueño.
A mis espaldas alguien preguntó
si ocupaba ayuda, en lo que me giré y pestañee de pronto regresé a mi realidad.
Sólo que estuve un poco desconcertada.
─ La he visto muy distraída ¿Señorita…?
─ Scarlett Middlenton – contesté
al señor Melrose.
─Bueno, señorita Middlenton. No
sé si sea normal que actué así o algo le aflija, lo cual no es de mi
incumbencia pero si quiere recibir un consejo, entre a clase y hago lo mejor
con los conocimientos que obtenga.
─Si, claro. ─
Cuando surgió eso, no supuse
nada, pero luego comprendí que aquel profesor estaba encaprichado en destruir
mi vida en esa escuela. A la semana me dio una orden tan estúpida, quiso que me
saliera de la clase. No entendía la razón de esa orden, yo solamente corte la
horrible orzuela del cabello de la chica de enfrente.
Eso sucedió ayer, y él cada día
se ganó estar en mi lista negra. Literalmente no tenía una aunque si la tuviera
ahí estaría Abban Melrose en el primer renglón y en mayúsculas.
Aún no iniciaba la semana, era
día dominical. Como comúnmente lo llevábamos a cabo, compartíamos nuestras
horas juntas; no obstante había algo mal pues Leslie estaba muy distante de
Eylin y de mí. Por ende le eche la culpa a Abraham a su novio universitario que
sólo conocía por fotos.
No existía otra oportunidad como esta, no la dejaría escapar.
Por los pasillos se expandió como
pólvora la inocente confesión de que Zack me cambió por Eylin. Y para su
desgracia era verdad, no un simple rumor. Por ello mi amiga asiática estaba
cohibida por quedarse a dormir en mi casa, la cual era el mismo techo de él.
Incluso la muy tonta me intentó
sacar información de sí me había tirado a Zack o al revés. Ni siquiera lo
pensé, irrebatible fue mi estrategia, si yo decía que si a su idea era como
admitir que era una mujerzuela, otro cuento era que solo lo supieran unos
pocos.
─ Estaba pensando en cambiar mi
look, ¿qué dices? ─ le pregunté a Eylin viendo a su pijama de conejitos, tan
boba desde que la conocí hasta ahora.
─ Te veras más bonita de lo que
estás ─asumió viéndome.
─Tú también puedes estarlo ─
─ ¿Cómo?
─Estoy segura de no haber visto
jamás a una china con el cabello de otro color que no sea algo oscuro.─ su risa
hizo que pareciera que yo estaba equivocada pero no le di importancia continué
─Bueno, a mí me gusta mi cabello
oscuro y mis ojos sin doble parpado ─ ella me había comentado que en su país
natal era común agrandarse los ojos y todo tipo de cirugías, lo cual Eylin no
practicaba idóneamente.
─ Entonces creo que sólo yo me
cambiaré de look ─
─ Pensándolo bien Scarlett, si tú
lo haces no veo porqué yo no.
─ ¡Excelente! Te veras tan
hermosa como yo. ─le sonreí sinceramente ─Ya había previsto esto así que me
tome la libertad de comprar lo necesario ¿confías en mí?
Ella asintió, y con eso empuje mi
pensamiento de no hacerlo pues en su mirada estaba evidentemente un desacuerdo.
Luego de aquella decisión la
lleve a mi habitación. Comencé con todo lo que tenía que pasar. En el fondo me
excusé que no quería que fuese así pero debido a sus burlas no había marcha atrás.
Se sentó en una silla como si
estuviera yendo hacia la orca, me mofé en cuanto estuve preparando el tinte del
cabello, Eylin no paraba de asegurarse de que lo hiciera bien. Un poco después
se relajo hablándome de su tema favorito, romance. Estaba harta por lo que no
puse mucha atención simplemente me concentré en hacer mi trabajo.
Y para cuando le puse todo el
tinte la mandé a que fuese a otro lugar de la casa, sin espejos. Ya había calculado
en que momento tendría que aparecer Zack en escena. Y todo lo que tenía que
ocurrir.
Me arroje a mi suave edredón,
gozosa por una victoria. En cuanto entrecerré los ojos sonó la canción favorita
de Eylin así que adiviné que era su celular. Lo contesté antes de que hiciera
más ruido y así fue como me enteré con una gran noticia la cual guardaría para
mis beneficios. Tuve que borrar el historial de llamadas y me preparé.
El sonido de las escaleras
anunció que esa chica estaba llegando, entró desesperada. Suponía la razón pero
nada claro. Ignoré eso.
─ ¿Por qué abandonaste el ballet?
─dejó salir de la nada
No te incumbe, pensé aunque luego
vinieron las razones que no le arrojaría. Mejor, mentí como solía hacerlo.
─ Hay ocasiones en que tienes que
saber rendirte y dejar las cosas ir, ¿por qué la pregunta?
─ Sólo se extraña tu presencia en
las clases.
Ella detestaba bailar pero sus
padres tomaron esa decisión y ahora ella debía hacerlo. Así fue como la conocí
pero eso era historia. Lo único que tenía importancia era ver el resultado. Ya
era hora, le quite la toalla de la cabeza a Eylin y la acompañe para lavarse.
Mis suposiciones fueron
acertadas, Eylin se quedo desconcertada al ver su reflejo; fingí gritar del
susto e igualmente di con que Zack llegaría al escucharlo. Él nos miro
esperando lo peor, como quise que fuera. Él acababa de llegar como los demás,
Eylin se confió que no había nadie y se quedo en sus peores garras. Y esto
gracias a mí.
─ No quise que esto sucediera
─dije actuando como no enterada de que pudiera pasar esa desgracia.
─ Pero Scarlett ¡Mirame!
─imploraba la chica.
Lo hago, querida, esto es debido a ustedes que se burlaron de mí.
No está tan mal, sólo tienes el
cabello verde, consolaba Zack viéndome y acercándose un poco a Eylin. Al final
ella tenia porque agradecerme, un hombre la estaba observando.
─En verdad no quise que esto
pasara ─ solté otra vez
Mentira…
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