lunes, 3 de mayo de 2010

Zulidor -1-

CAPÍTULO 1 "Un cruel cuento de hadas"



La tristeza que estaba oculta se tensa, el dolor que estaba oculto surge. Alguien me dijo que la vida siempre es así, que todas las cosas se vuelven aburridas. Alguien me dijo que orara, que soñara, que cualquier cosa podría hacerse realidad… quédate a mi lado en la miseria.
Sunny Hill- Pray


“Érase una vez en Gleeson, Inglaterra una hermosa damisela que vivía en absoluta felicidad. Todo su alrededor era mágico y por supuesto de color de rosa. Su vida era una bendición y por supuesto que ella también lo era. Una doncella de buen carácter y poseedora de un alma pura… “

Ojalá fuera mi vida pero no lo es. Suena igual de ficticio que las historias de las princesas que se encuentra con ese príncipe azul y jamás se enojan; ni aunque las quieran matar las desdichadas brujas ¡que frustrante ser así!
Tal vez el retrato de mi ser es tan oscuro debido al pasado turbio que no me dejaba andar en paz…

Solía vivir con mis padres en otra ciudad, hace un poco más de una década. Mis años iban en total normalidad, hasta que repentinamente una mañana cuando los busqué por toda la casa, las cosas cambiaron.

Esa mañana previamente fui a su habitación para estar en sus brazos. Grité sus nombres en el solitario recinto. Al principio pensé que era una simple broma pero luego de horas así, esperando, lloré sin contener las lágrimas. Holly, mi osita de peluche no ayudó en nada, no me reconfortaba y solo sirvió para que le arrancara la cabeza. 

Mi hogar estaba vacío y silencioso, el único ruido era el del llanto que no contenía. Quería a mis padres y por desgracia nunca llegaron. Esos momentos fueron los más eternos que logré aguantar. Lo dejaron de ser cuando supe que no estaba sola.

Tenía las rodillas pegadas a mi cabeza, pensaba que sí me quedaba en la recamara de los desaparecidos en algún momento ellos vendrían a mí. No estoy segura cuanto tiempo estuve ahí solo sé que en cierto instante el sonido de la puerta se escuchó, y unos pasos. Alcancé a distinguir una sombra, era un extraño el cual desaprobé sin siquiera conocerlo, pues no era mi familia.

 Me escondí debajo de la cama. Gracias a las reconfortantes manos de un niño, Zack, y sus palabras de aliento me hicieron salir. “No tengas miedo” dijo mientras me tendía la mano el buen de Patrick. Ellos me salvaron de esa inmensa oscuridad.

En realidad detesto las excusas, sin embargo congenió que soy un poco como soy por lo que sucedió. En verdad  no, debo ser una gran embustera como para que querer engañarme a mí misma.

Adiós al pasado, un hola al presente…

Me desperté envuelta en las finas sábanas y hecha un desorden. Según la hora todavía me quedaba lo justo para arreglarme. Los demás debían estar dormidos y roncando a todo pulmón. Olvidé mencionar que hace tiempo que vivo con Patrick, Zacarías, Leslie y Dustin, los últimos compartimos casi la misma edad, realmente agradezco tenerlos.

Me vestí con el uniforme del colegio después de salir de la ducha. Era un jumper gris con líneas negras verticales y horizontales. Una blusa escolar blanca con una corbata negra. A la mayoría le quedaba pésimo pero a mí sin una tacha. Ridículo, yo era Esbeydi Scarlett Middlenton.

Soy una persona considerablemente bonita, suspiré al verme en el espejo pero vino a mí la historia de Narciso por lo que mejor me fui directo a la ducha. Al terminar, cepillé mi cabello y los dientes.

Bajé a la cocina por una taza de café descafeinado para desayunar. Estaba sentada arriba de la barra y moviendo los pies emocionada. En eso sentí unas fuertes manos tocando mis hombros. Me giré y ahí estaba, la otra persona casi perfecta aparte de mí con sus ojos azules, y su suave cabello café más oscuro que el mío. Perfecto, si, pero igual de aburrido; a veces quisiera que le salieran barritos.

Sólo que sonreí. Amaba a Zack porque estaba a mi lado y todo el mundo envidiaba ello. Estaba feliz de tenerlo para mí únicamente como un producto exclusivo. Y bueno, en cierta forma lo quería y mucho a comparación de los mediocres que comparten clases conmigo.

─ ¡Hola dormilón! ─ saludé sonriendo un poco.
─ ¿Por qué rayos te levantaste tan temprano en lunes? ─ Sus ganas de continuar durmiendo eran obvias.
─ Primer día. Quiero conocer a los nuevos del colegio, no me digas que tú no.
─ Les darás una gran bienvenida ¿verdad? ─ Él no me conocía o por lo menos no me mostraba con tanta facilidad pues después todo, las niñas de la escuela lo amaban por ser un chico muy sensible y cálido.
─ Claro que lo hará ─ dijo Dustin mordiendo una manzana y entrando en la cocina. Él era guapo tenía derecho a hablarme. Le regresé una sonrisa, ya sabría lo que quería decir. Nadie realmente estaba cerca de conocerme.

 Después de ello me desorbité un poco, si que necesitaba dinero.

─ ¿Y Patrick? ─ pregunté bajando de la barra
─Durmiendo ─respondió Zack viendo a Dustin, creo que algo no andaba muy bien. Le hice señas que continuara, no lo hizo. Y supe que actuaria.

Estaba subiendo las escaleras para ir a su habitación, justo antes de entrar toda soñolienta a Leslie, y esta me pidió que no lo molestara. Sinceramente pude haberla ignorado pero a ella no la trataría de esa forma, nunca.

─ ¿Sigue durmiendo? ─ le interrogué.
─ Eso pienso ─ contestó refugiándose en su toalla de baño, vi que toda su piel la tenia de gallina. ─ Anoche llegó a las 3 de la mañana con su secretaria.

Me crucé de brazos, así que eso era lo que no me querían decir.

─ ¿Celosa? ─
─ Obviamente no, cómo podría estar celosa ─de alguien tan fea, imaginé ─ Solamente pienso que Patrick merece una chica muy mona, no su secretaria.
─Por eso no olvides lo que pensamos.

Las dos reímos tranquilamente. Leslie y yo compartíamos un tipo de picardía que se lograba confundir con otros pensamientos tan enfermos y obscenos… he ahí el porque nos ocultábamos para hacer realidad lo que pensábamos. 

 Dustin llegó diciendo que moviéramos el trasero debido a que se nos hacia tarde para la escuela. Use esa buena llegada para concluir victoriosa lo que ahora traía en mente.

Patrick era hombre, su secretaria una mujer, no muy bella pero era una.
Hj + Mr = S2

Hombre joven mas mujer resbalosa es igual a sexo seguro

No toqué la puerta y entré con pasos firmes al quitarme mis zapatos por la alfombra. Visualicé la ropa de los dos tirada en el suelo. Agarré los pantalones de Patrick, no por ser una pervertida sino para rebuscar dinero y no quedarme sin nada en el bolsillo.
 
De pronto me dieron muchas ganas de estornudar.  Lo hice sin parar.

─ ¿Scarlett? ─Preguntó mientras se encogía en las sábanas casi como un bebé.
─ Vine a agarrar dinero de tu cartera ─confesé sin gota de remordimiento, y para alejar a las feas de nuestra casa, pensé.
─Cariño, por lo mismo te di una tarjeta de crédito.
─ Estoy consciente pero esto no es tan grave como lo que has hecho. No creí que fuera cierto Patrick, tú has actuado como jamás espere de ti, no en nuestra casa. ─ ante todo seguí mi disfraz de ser una chica inocente que no lo hubiera imaginado de su hermano mayor.
─ Scarlett por favor, ya déjalo pasar. Te recompensare con una tarjeta de regalo en tu tienda favorita pero déjame dormir, ¿sí?
─ ¿cómo pudiste? ─ incliné mi rostro poseyendo un semblante devastado, como si aquello fuera una impureza.
  Scarlett –murmuró tocando su rostro ─ La sacaré si eso quieres
─ No tienes que hacerlo ─

Mentí cuando quise decirle hazlo, saca a esa chica fea de este lugar ante que se acostumbre a la buena vida. Lo mejor fue que él entendió que según me dolía lo que hizo. Fue perfecto, Patrick gritó su horrible nombre, ella despertó y él le dijo que estaba despedida. Ella le gritó obscenidades mientras mi tutor le aventaba una cantidad de dinero en el suelo. Me lanzó una mirada de humillación y agarró el dinero como una muerta de hambre. Se levantó y comenzó a vestirse.

─Apúrate no tengo tu tiempo–mencionó Patrick –
─Así no me voy a ir. ─ suplicó con ojos suaves, yo articulé “lárgate” sin que saliera mi voz.
─ ¡Sólo vete!  ─ordenó 

Los ojos de ella se humedecieron y escaparon de nuestra vista, corrió afuera solo con su lencería de baja calidad y su ropa en manos. 

─ ¿Sabes ya qué eres fabuloso? ─ dije suavemente cuando desapareció de mi radar.
─ Últimamente lo he escuchado en un par de ocasiones. 

Comenzó a encender su cigarrillo, y me pidió que llegara temprano al colegio. Me despedí felizmente. 

Leslie como siempre se tardaba en arreglarse, los chicos la iban a esperar esta vez. Ahora yo iría sola. Me fui a hurtadillas de todos para que nadie se me acoplara.

Cuando me subí al carro busqué alguna estación donde estuviera una canción de mis cantantes favoritos pero encontré puras con mensajes cursis o liberales que me daban jaqueca. En algún lado de mi convertible amarillo debía de estar el compartimiento donde guardaba mi reproductor.

Un semáforo rojo fue lo que me ayudó a buscarlo entre los asientos. En lugar de eso encontré mi rímel para pestañas que me compró Patrick en uno de sus viajes a Paris. Como toda mujer, estiraba parte de la cara para no mancharme de rímel en los parpados, el retrovisor me ayudaba a la perfección para reflejar mi técnica de maquillaje; cuando pensaba en mis pocas imperfecciones de la cara observé a un chico de mi edad bastante decente para mirar.

 No lo recordaba pero llevaba el uniforme del colegio, un pantalón negro con camisa gris polo que se distinguía por el escudo del instituto bordado en dorado. Además resaltaba por portar la chaqueta negra tipo de esmoquin y unos zapatos de piel negros. Raro cuando todos llevaban tenis -excepto este chico que estaba parado en la banqueta-. Le quedaba mejor que cualquier otro, tal vez porque este traía la camisa fajada, la chaqueta abrochada y la corbata bien puesta. 

Lo observaba por el retrovisor, él y su decente apariencia no eran del montón.  Me di cuenta que me miró fijamente pero no había reacción alguna de las dos partes. Mi corazón se paró o eso creí y no sabía por qué. Debía suponer era que todos los carros detrás del mío pitaban el claxon. Aceleré el carro y comencé a tararear una de las canciones que antes habían sonado. No supe donde estacioné mi convertible, lo único que sabía era que este día iba a ser increíble.

El colegio tenía la misma apariencia que la mayoría de las otras escuelas en Inglaterra,  y qué decir del clima, raramente veíamos un sol atosigador. Así que aunque ese lugar era conocido me decidí a ver las nuevas caras, donde había una variedad de estudiantes que tendría que escoger para satisfacer mis necesidades.
Un chico que nunca había cruzado vista con él pasó a mi lado un tanto inseguro y lo detuve de los hombros.

─Tú, rarito.
─ ¿Si? Scarlett

Raramente conocía mi nombre y la verdad me negaba a crear que anteriormente pude haber hablado con él. 

─ ¿No sabes quién soy verdad? ─preguntó sosteniendo su libreta en el pecho.
─ ¿Importa?─contesté encogiéndome de hombros.
─No lo creo pero tú no me hablarías nada más porque si ¿así que quieres?
─ Sólo quiero un favorcito que sabré recompensar. 

Observaba su cutis desastroso, su grasoso cabello negro y sus labios poco humectados, luego deje de hacerlo para ver como el decente chico nuevo entraba por la puerta principal y nada ya importaba. Me quedé congelada en mi lugar -eso creí- al ver que se acercaba a mi lugar. Ya faltaba poco y yo seguía donde mismo. Reaccioné cuando pasó a mi lado sin verme, fue a ayudar al chico con quien anteriormente hablaba.

─ ¿Estás bien, Blake? ─preguntó adorablemente mi próximo objetivo mientras le ayudaba al otro a levantarse del suelo.
─ ¿Cómo llegaste ahí? ─ entablé al tal Blake que no podía ni mantenerse parado, poniéndome dura.
─Tú lo tumbaste ─dijo el chico nuevo. Él sonrió y estuve perpleja por su sonrisa más que nada por contemplar tal belleza, aunque  descubrí que usaba frenos en los dientes.
 Era el chico más atractivo que hubiera visto con frenos, lo cual intente evitar buscando alguna imperfección que me diera ñañaras, pero así fueron las cosas, su cabello, su cutis, su cuerpo, todo se veía bastante decente.
─No me di cuenta ─ intenté enmendar. Sin embargo lo hice para que el chico de bonita sonrisa me viera como alguien educada. El otro no me importaba.
─ El mundo gira y no te das cuenta Scarlett─ comentó Blake ─ Nos vemos al rato Rayleigh. ─  Y se retiró.

Igualmente se atrevió “Rayleigh” a irse, le seguí sus pasos. Antes de que otra cosa sucediese quise presentarme.

─Hola me llamo…─le di la mano, él la aceptó pero me interrumpió
─Esbeydi, lo sé ─  Quité mi mano rápidamente de la de él y ladeé la cabeza.
─ ¿Cómo lo sabes? ─ pregunté curiosa
─Eres la clase de chica que se hace notar, chica popular diría yo.  Además de que el año pasado estuve en tu clase de algebra.
─No eres nuevo─ adiviné sorprendida para mis adentros.
─Vivo en esta ciudad desde hace algunos años.

Lo observaba fijamente para intentar recordar ese hermoso cabello color café cenizo. Sus labios gruesos y marcados. No podía quitar mis ojos de los suyos, pues eran brillantes y de color aceituna, y esa magnífica sonrisa. No evité sonreírle y hasta coquetear disimuladamente; él solo entrecerró los ojos.

─ ¿Enserio soy tan invisible que no sabes quién soy?

Sé que eres un chico extremadamente guapo pensé, y  con una mirada de soslayo noté otra gran cualidad, su nalgas bonitas.

─No te reconozco ─dije por vencida
─Te voy a refrescar la memoria ─comentó─ Hace tres meses, yo te pedí que me pasaras mi bolígrafo que estaba debajo de tu asiento ya que yo me sentaba detrás de ti. Era el examen de algebra y tú decidiste ignorarme, tuve que escabullirme para agarrarla y cuando ya la tenía todo se volvió una pesadilla. El terco del profesor Joseph pensó que yo te quería copiar las respuestas, me castigó durante un mes entero, tú no viste mi mano y la pisaste ─suspiró─ astillaste mi muñeca, mis vacaciones las pasé con un yeso.

Al transcurrir sus palabras lo recordaba. Su nombre; Cole Dublín Rayleigh y sí, si se sentaba en algebra detrás del mío.

 Siempre pensé que me acosaba, en ocasiones me sentía observada y lo veía a él durante un instante pues después cambiada su mirada de dirección. Además normalmente escuchaba como respiraba enérgico el aroma de mi cabello. Cole, antiguamente se peinaba usando mucho fijador y separándolo con una línea. Solía usar anteojos y era totalmente un pálido flacucho. Ahora sólo mantenía una leve esencia pues sus ojos eran los mismos, pero ahora tenían un algo especial.

─ ¿Cole? ─él asintió mostrando interés─ Te ves muy diferente.
─Gracias, Esbeydi.
─Llámame Scarlett.

Él negó rotundamente.

─Todo el mundo así te llama. Me gusta Esbeydi, ¿Sabes lo que significa?
─No realmente pero es lo de menos. ─
Le cause mucho daño a este pobre e inocente por mi actitud distraída, tal vez se merecía un regalo tan preciado como que me llame de esa forma.

─Quiero algo a cambio –le pedí
─ ¿Qué? ─preguntó deshaciendo su sonrisa y poniendo las manos en su bolsillo.
─ Aun no lo sé, pero acuérdate cada vez que me llames Esbeydi que estás en deuda conmigo.
 ─ Tú también tienes que aclarar cuentas conmigo, y unas muy grandes ─ irrumpió un metiche a nuestra conversación.

Se trataba de Jason Leather un chico de mi clase de educación física. Él fue mi última conquista. En pocas palabras me acosté con Jason. Fue uno de mis objetivos más fáciles de mi historia, justo fueron 3 días para que cayera, una semana de caricias (después de la escuela, nadie se debía enterar de mis relaciones), dos días más y dormimos juntos.

Las demás veces donde nos besamos no fue parte del plan pero lamentablemente para él nos encariñamos y duramos más de lo debido. Sin embargo se volvió tan aburrido que lo tuve que cortar. Estoy segura que lo acepte por  su apariencia que era varonil y no tan brusca.

─ ¡Jason! ─canté ─ ¿Tan pronto ocupas que te ayude con tu tarea?

No me contestó pero me veía fijamente.

─ Cole te está buscando Kira. Por cierto señorita buenas calificaciones quisiera hablar contigo a solas ─enfatizó la última palabra.
─ Creo que salgo sobrando ─aseguró Cole desconcertado
Iba a negar cualquier pensamiento que le pasara más Jason me jaló del brazo.

─ ¿Qué te sucede? ─le pregunté furiosa ─ Deja de tocarme Jason eres muy rudo. Si me queda un moretón yo te…
─No te metas con Cole, ─me ignoró mientras me soltó ─Me refiero a que él tiene cosas más importantes en estos momentos. Además es un chico bueno, educado y siento que no merece lo que le puedes hacer.
─ Zack también es lindo y tierno. Igual que tu lo fuiste, y acaso recuerdas que me haya tentado el corazón ¿eh?
─ Recuerdo exactamente lo que me dijiste cuando ya no quisiste seguir con tu jueguecito. Todo es cosa del pasado, y te perdoné.

Para mí eso fue peor que si me hubiera insultado y humillado. Pero después de todo, específicamente me gustaba ser falsa, demostrar que podía ser una chica normal arrepentida de lo que hacía. Así que aunque estuviera muy furiosa por lo que dijo, levanté las comisuras de mis labios siendo una sonrisa hipócrita.

Al final del pasillo venían mis verdaderos amigos, los demás estudiantes los reconocían y trataban con un poco de respeto y hasta con miedo; era allí donde pertenecía no en los brazos de este chico de cabello rizado. Volví hacia Jason y él apuntó al lado contrario donde Cole hablaba con esta chica rara y pequeña, Kira Hyatt

─Cole tiene novia y es Kira. Y espero que no se te ocurra interferir en nada de lo que mi mente ha sugerido que harás.
─Tranquilo, te prometo que por mi culpa no va llorar ni sufrir…-insistí en mostrarme igual que una chica linda.
“Lo será por la culpa de Cole, de eso me encargo”

Los sentimientos que ahora vivían en mi corazón no tenían nombre. Lo único coherente que pude hacer es pensar en que pudiera dejar varias cosas atrás, y ser una persona nueva y fresca pero nuevamente asimilé que estaba mal, el juego apenas comenzaba.

Justo entonces apareció Zack en donde estábamos. Le dio un apretón de manos a su colega; los dos jugaban en el equipo de soccer juvenil de la ciudad ¡vamos tigres! Pero que fuera su compañero no significaba nada para mí. Corrí completamente con la mirada al intruso entre Zack y yo. Por supuesto que se fue pero me retó, sabia a lo que se refería.

De pronto sentí el brazo de Zack pasando por mi cuello.
─ ¿Qué te traes Zacarías? ─ me atreví a sonreírle, confiaba en que al fin se arriesgara a pedirme que fuéramos más que lo que éramos, bueno no tenia nombre nuestra relación simplemente para mi él era mi Zack.
─ Tengo algo muy importante que decirte ─ murmuró felizmente como un niño que quería contar un secreto.

Eché un reojo a nuestro entorno, bastantes posaban sus miradas por la tenue curiosidad de saber que le decía el jugador estrella a la chica más popular de la escuela. Basto enterarme que ya todas las niñas me tenían envidia de poder tocarlo que procedí a agarrar una de sus manos y acariciarla.

─ Si dime. ─ parecía que no tenía idea de lo que me preguntaría.
─ Yo… ─susurró en mi oído con una voz tan melodiosa que arrulló a mis oídos─ Creo que alguien me gusta.

Ya dilo, de cualquier manera sabia que luego de años de derretir tu corazón, admitirías que tú y yo… corrían los pensamientos. Pero en su lugar recibí algo inesperado.

─ Eylin me gusta ─ confesó libremente a nadie más que yo.

Mi corazón sintió algo que no había recibido; era un enorme desplante. Y además de todo el chico que me confesó que le gustaba alguien más, le gustaba mi mejor amiga.

─ ¿Desde cuándo?
─ No estoy seguro, creo que desde que la conocí. Ella es simplemente hermosa por dentro y por fuera ─de esto era de lo que hablaba Zack era tan sensible que debía de estar en extinción─ Voy a declarármele pronto.
El pasillo se inundó por su risa dulce, y también por los suspiros enfermizos de las que lo escucharon reír.
─ ¡No! ─dije perdiendo los estribos. Podía soportar mucho más que esto, fingiendo ser lo que no era pero se volvió inconcebible que él me fuera a suplantar por la chica asiática.
─ ¿Estás bien? Nunca te he visto así antes. Si quieres te traigo un jugo de la maquina o…─
─ No creí que realmente alguien como tú le gustasen las chinas ─ le solté volviendo yo. Él me observó incrédulo.
─Tú más que nadie deberías saber que ella es de aquí, pero que sus padres son de Corea del Sur.
─ Lo siento Zacarías ─ le rosé mis dedos con sus mejillas. No me mostraría ante él otra vez, pero esto no se iba a quedar así.

Tomaré represalias querido, afirmé a mis adentros. ─ Sí tú eres feliz, yo también lo seré. ─

─ Sabia que sería así Scarlett. ─me abrazó y en cuanto dejo de mirar mi rostro, hice la expresión que nacía de mí ─Que tú me apoyarías.
─ Siempre podrás contar conmigo ──

Este chico se fue sin antes cerrar los ojos con placer como si todo eso fuera un sueño para él. Me alejé pasivamente tocando mi cabello, esto lo hacía cuando necesitaba pensar en lo haría para que todo estuviera a mi favor. Al final regresó mi intuición y con ella mis amistades.

─ Ni pareciera que me conocen ─ saludé llegando al círculo que formaban Leslie, Dustin y Eylin.

La chica asiática, la vinculada a mis emociones, rápidamente se dirigió a darme un abrazo. Yo se lo regresé sin dejar de pensar en las palabras de Zack. Aunque me tomo desprevenida la respuesta de Leslie.  Ella se retiró murmurando algo inaudible y jalando a Dustin con ella. Los vi retirarse y éste ladeó su cabeza encogiéndose de hombros.

─ ¿Qué mosca le pico? ─ pregunté sorprendida
─ No lo sé supongo que trae problemas con su galán ─ dijo Eylin a mi lado acompañándome por el pasillo ─ Por cierto, todos andan diciendo lo lindo que se veía ya sabes quién, a tu lado.
Tuvo el valor de sacar a relucir el tema.
─ ¿Por qué hablas de esa forma de Zack? ─me le acerqué mostrando mi autoridad ─
 ─ Es que él es un chico muy especial…
─ ¿No será que te gusta?
─ ¡No, cómo crees! Llevo años conociéndolos Scarlett, no es que pueda verlo como un hombre siendo que todos sabemos que te quiere; además es cierto que es lindo pero hasta ahí. Lo único certero que te diré es que me gustaría conocer a alguien como él.
─ Lo sé Eylin. ─ sé que eres insegura y que siempre andas detrás de mí porque quieres ser por lo menos un poco como yo, tan patético Es por eso es que no quisiera que te fíes de Zack, es igual de basura que todos los chicos, ¿te puedo confesar algo? La otra vez Dustin me confirmó que halló porno en su habitación. Me estoy tomando muy apecho acerca si en verdad voy a aceptar sus sentimientos o si debo rechazarlo.
─ ¿En serio? ─ Crédula, me estaba creyendo.
─Si es por eso como tu amiga de años Eylin quiero que consigas algo mucho mejor, alguien que te merezca y te quiera por dentro y por fuera. ─ Por dentro una risa amarga se encontraba pues dije el mismo argumento de su enamorado y ni siquiera ella esperaba que alguien como él pudiera verla, mucho menos decir esas cursilerías.
─ Es impresionante que el chico estrella sea así. Bueno, eso me hace recapacitar que no puedo juzgar a alguien nomas porque si.
  Lo sé. ─ le di una mirada reconfortante ─
─ Gracias por lo que me has dicho.
─ Para eso son las amigas Eylin ─ le dije mostrando gentileza y confirmando que creyó en toda la palabrería que le dije.

 Así tenía que ser.

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1 comentario:

Andre*a dijo...

Esttee capii ya lo leí en tu antiguo
blog =D y e de admitir qe es maravillosa, me encanta, aunqe si
scarlett fuera menos zorra...
haha bueno espero qe la apuesta salga biien y gane a ese bombon
hahaha la envidia mata...
bueno haha me encanta la forma qe
entro a la abitacion haha
Hj + Mr = S2 me encanta esta formula
Hombre joven mujer resvaladosa =sexo seguro hahaha
me encantta todas tus iideas =D

Besoottes!
Andre*

¿Y si digo que volví…?

¿Y si digo que volví…? Alguna vez lo dije y lo repito: el tiempo sin duda pasa a gran velocidad. No estoy precisamente segura que hay...